La vaina de Oyá es el artículo ritual empleado para simbolizar en la vegetación a esta Orisha y también para llamarla cuando se realizan invocaciones. Esta vaina es fruto del árbol del Framboyán o Flamboyán (c. Delonix regia) y representa el machete de Oyá. La vaina es sagrada e importante, cuenta una historia afrocubana que:
Changó por porfiado y por andar en mal camino cayó preso en territorio enemigo. Oyá siempre le advertía que esto podría suceder. Pero como Changó era brujo y curandero, cuando había enfermos iban a buscarlo y él iba a curarlos con su pilón. En una de esas contiendas, lo agarraron fuera de su tierra. Oyá se cansaba de esperarlo.
Convencida de que no vendría fue bajo el Framboyán, encendió una hoguera y se acostó sobre el fuego. Changó recibió su mensaje, gracias a las señas del fuego pero ya estaba en la cárcel. Truenos iban a venían pero no se derretían los hierros de la cárcel y Changó no podía salir de ella.
Oyá comprendió que había que intentar otra cosa. Esta vez, tiró su machete en la candela; del machete salió una centella, brincó en la centella y Oyá quemó la cárcel. Después, Changó se encontró con ella. – Ve a apagar la hoguera – le dijo Oyá, y lo llevó junto al Framboyán.
Changó metió la mano en la candela y encontró el machete de Oyá y comprendió que ella lo había salvado.
Por lo que hizo un pacto con Oyá de que sería mucho más precavido cuando saliera de sus tierras; y desde ese día a cierta hora de la noche el Framboyán arde, quema como si tuviese candela adentro de su tronco, para recordar ese pacto. Desde entonces, las vainas del Framboyán recuerdan el machete de Oyá que salvó a Changó gracias a la centella. (POAP)
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