Cada palo, igui, iggi o igi (proveniente de la palabra árbol o madera del yorùbá) tiene un uso y una función mágica dentro de la Santería, Religión yorùbá o Regla de Osha-Ifá, como deseemos llamarle. Si lo usamos bien puede beneficiarnos en muchos aspectos, si lo usamos con vistas al mal los efectos pueden ser nefastos para los agredidos. Los palos forman parte de los componentes más usados en la hechicería practicada en la Santería y son los principales en la Regla de Palo Monte, Mayombe y Kimbisa.
El Yamao (c. Guarea trichilliodes), Yamagua o como religiosamente es conocido Fendébillo, Nkita, Morimbánkuo o Machucho; es un palo fuerte que debe su nombre al uso que se le da para llamar o invocar. La facultad principal del Yamao, es llamar.
La persona que anhela el retorno de un ausente, o la que está separada de su amante y desea unirse a él, le llamará tres veces con este palo. A la tercera vez, aquél la escuchará y no tardará en volver, obediente a la voluntad y al embrujo del yamao. Quien desee riquezas, con polvos de yamao bien preparados podrá llamar al dinero a la casa.
Cortada en Luna menguante, el yamao le indica al adivino hasta el lugar en que encontrará agua, apoyando en la tierra el palo, que enseguida se humedece; por eso se le llama yamagua. (POAP)
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